La funeraria municipal que prometió Ada Colau ha resultado ser otra falsa promesa
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha perdido toda posibilidad de cumplir el compromiso de crear una funeraria municipal, ya que el pasado viernes 27 de abril finalizó el plazo límite para que ese sueño se hiciese realidad.
El Ayuntamiento de Barcelona anunció en noviembre de 2016 que tenía intención de crear una funeraria y que para ello construiría un tanatorio público. La previsión era inaugurarlo el último año de mandato antes de las elecciones en 2019.
El primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, declaró en 2017, “en la actualidad Barcelona es una de las ciudades en las que más caro es despedirse de los seres queridos. El precio medio es de 6.400 euros, cuando en Madrid es de 4.700 euros y en Valencia, de 3.100 euros”.
El concejal de Presidencia, Agua y Energía del Ayuntamiento de Barcelona, Eloi Badia anunció a bombo y platillo que mantenían el proyecto de crear una funeraria pública que ofrecería servicios a precios reducidos de 1.800 euros.
Las dos funerarias privadas que operan en Barcelona, Mémora y Áltima, negaron esa afirmación y rebajaron la cifran a 3.500 euros, desmontando los entierros low cost que prometió el gobierno de Ada Colau, al afirmar que “las ofertas existentes se adaptan a las necesidades de los clientes y en la actualidad ya se puede contratar servicios completos desde 1.800 euros”.
Poco después, Badia, reconocía que el equipo de gobierno de (BComú) había sido incapaz de concitar el consenso necesario para que la funeraria pública echase a andar.
En la actualidad. La funeraria pública es una de las muchas promesas incumplidas por parte del gobierno municipal de Ada Colau, a pesar de que no figuraba en el programa electoral de Barcelona en Comú, pero la alcaldesa lo anunció asegurando que era «una necesidad para los barceloneses el abaratar el coste de los servicios funerarios».
Adiós a los entierros baratos que prometió la alcaldesa en su proyecto para crear una funeraria municipal.