Los cementerios de la ciudad están al límite
Ourense no lidera, ni mucho menos, las estadísticas de crecimiento de población. Más bien, todo lo contrario, pero donde somos casi imbatibles es en las de envejecimiento y edad media de los habitantes. Eso se traduce, irremediablemente, en que los fallecimientos están a la orden del día.
Es una tendencia que hace que los cementerios municipales de la capital lleven tiempo a un paso de quedarse sin nichos para la venta. Eso no quiere decir que tengan que saltar todas las alarmas, ya que la normativa obliga a los Ayuntamientos a reservar una serie de espacios rotatorios en modo de alquiler para atender los fallecimientos de personas que carezcan de una propiedad en los camposantos ourensanos. «Si tienes un fallecido, nunca vas a tener problema para enterrarlo», explican fuentes municipales.
Sin embargo, se trataría de una solución provisional que no convence a la mayoría de los ourensanos, toda vez que al cabo de unos quince años desde el fallecimiento tendrían que buscar una solución definitiva al acabarse el período de alquiler de nicho. Esta situación hace que sean cada vez más las voces que piden una ampliación del cementerio de Santa Mariña. «No sé por qué no lo hicieron ya, porque hay terreno de sobra», explica una vecina de la capital que acude todas las semanas hasta el camposanto situado en las afueras de la ciudad a llevar flores a un familiar muy cercano. Se trata de la única de las tres instalaciones de la capital donde todavía quedan nichos libres a la venta. Serían cinco las opciones. Ni en el de As Caldas, situado en las inmediaciones de la zona termal, ni en San Francisco hay esa posibilidad desde hace ya muchos años. En ambos casos, además, la alternativa de una ampliación es absolutamente inverosímil.
Pese a este escenario próximo al abarrote, desde el servicio de Cementerios del Concello de Ourense, que depende de la Concellería de Sanidade, se manda un mensaje de tranquilidad ya que se considera que la ciudad estaría cubierta para el medio-largo plazo con las vacantes existentes con los nichos provisionales.
Al hablar de precios, la diferencia también es notable, en el caso de que el ciudadano opte por comprar uno de los escasos nichos que quedan o prefiera hacerse con uno provisional. En este último caso, la cesión es por un período de cinco años, renovable hasta un máximo de diez, y el coste es de 286 euros. Para la opción de la compra los precios para los nichos se elevan hasta un máximo de 1.927,55 euros -segunda planta- y un mínimo de 486,90 euros -quinta planta-. Tan solo están disponibles los de zonas más altas, debido a que son los que menos demanda han tenido a lo largo de los años. En este caso, la venta se realiza por un período estipulado de cincuenta años.
Otras tarifas
La ordenanza municipal que está en vigor para la gestión de los servicios fúnebres y cementerio. En el caso de que la decisión sea la de la incineración, el precio por cada cadáver es de 221 euros. También están a la venta, si se desea urnas, que van desde los 53 hasta los 176 euros. También existe la posibilidad de alquiler por día una sala de velatorio (221,10 euros).
Varias capitales comarcales acumulan años con problemas de espacio.
Por toda la provincia se vive una problemática singular en lo que respecta a la situación de los cementerios, sean parroquiales o públicos. En O Carballiño hace años que las sucesivas ampliaciones del recinto funerario de Señorín se quedaron pequeñas y no hay sepulturas o terreno disponible -sin uso, si que puede haber casos de algunos nichos de particulares que se encuentren a la venta-. El Concello baraja desde hace tiempo la creación de un cementerio público en las proximidades, aunque las negociaciones para hacerse con los terrenos necesarios para desarrollar dicho proyecto no han fructificado por el momento.
En el caso de la capital de O Ribeiro la situación es similar. Hace décadas que el cementerio está colapsado y solo están disponibles las sepulturas que el Concello de Ribadavia tiene para las situaciones de emergencia o para casos de provisionalidad. La falta de espacio ha provocado que haya familias de la villa que han optado por comprar sepulturas en los cementerios de las parroquias de la zona rural del municipio. La previsión del Concello pasa por crear un nuevo cementerio, que estaría ubicado en una zona entre Francelos y Prexigueiro, pero dicho proyecto está condicionado a la aprobación definitiva del PXOM, ratificación que se ha ido demorando durante muchos años -Ribadavia nunca ha llegado a tener un plan general de urbanismo aprobado y siguen en vigor las Normas Subsidiarias de los años 80-.
También en el municipio de Beariz cuentan con un proyecto en marcha. El Concello quiere crear un nuevo cementerio en el entorno del parroquial, colapsado y sin posibilidad de ampliación. Los terrenos ya están definidos y la propuesta elaborada, por lo que se promoverá la expropiación y compra para conseguir los terrenos y la previsión pasa por sacar el proyecto a concurso en el mes se septiembre.
El abarrote absoluto en el cementerio desde hace casi dos décadas es uno de los principales problemas de Verín. El alcalde, Gerardo Seoane, confía en que las obras del nuevo camposanto en las afueras de la villa puedan iniciarse a finales de año y solventar la actual carencia. La situación también provoca una sobredemanda en cementerios de las aldeas del municipio, sobre todo en núcleos como Vilamaior.
En otros casos, como O Barco de Valdeorras o Xinzo de Limia, la situación de saturación del cementerio municipal se palió hace con obras de ampliación. En el caso barquense, los nichos se construyen a demanda, por lo que los interesados deben inscribirse en un listado en el propio consistorio. Una vez que hay un número importante de solicitudes, se llevan a cabo los trabajos de construcción.