Dos propietarios de panteones enfrentados por las obras que uno de ellos realizó en su mausoleo
La construcción de un nuevo panteón en el cementerio de Rojales (provincia de Alicanta) ha motivado el enfrentamiento entre dos propietarios, debido a los 40 centímetros que separa a ambos mausoleos.
Los dos panteones son colindantes y están ubicados en la parte antigua del cementerio Nuestra Señora del Rosario, de propiedad municipal. Las construcciones más viejas se levantaban siguiendo el mismo patrón. Entre dos mausoleos se dejaba un espacio de 40 ó 50 centímetros.
Sobre ese hueco caían los tejados a dos aguas. Así, la lluvia resbalaba por los techados y hasta el interior de esa especie de patio, el problema es que la superficie donde se construyeron los cimientos ocupa ese patio común. El afectado pidió que pararan la obra, llamó a los agentes de seguridad y fue al Ayuntamiento. Nadie hizo nada y el proyecto se ejecutó, tal y como se temía.
El constructor del mausoleo alega que su proyecto fue validado por el consistorio y que todo es legal. Asegura que eliminar ese patio entre panteones ha sido una buena medida porque se acumulaba porquería y se embozaba la tubería para desaguar.
Explica además que cogió ese espacio porque la pared del otro extremo no se podía derruir porque es muy vieja, de piedra y se comparte con los nichos de al lado. De derribarla, las mortajas hubieran quedado al aire. Así que, lo que perdía por un lado, lo ganó por el otro.
El afectado vio como parte de su tejado desaparecía y el propietario que estaba construyendo, «sin su permiso», le habilitó una canaleta para recogida de pluviales sobre el tejado. El problema está servido y no parece que pueda acabar bien.