Las gaviotas crían y la maleza crece sobre los boques de nichos del cementerio de San Amaro
Se visitan el cementerio de San Amaro (La Coruña) podrán observar en la segunda, tercera y cuarta hiladas la maleza que crece encima de los bloques de los nichos. Cuando el visitante quiere salir del cementerio por la puerta del tercer departamento, al llegar a la tumba del poeta Eduardo Pondal, las dos hiladas de nichos en paralelo llaman la atención de los viandantes por su aspecto. Los vecinos se sorprenden por el estado en que se encuentra esta parte del recinto funerario.
En la tercera hilada de nichos destaca la presencia de un asentamiento de gaviotas. Con la llegada del verano, la cría de la familia anda asustada, deambulando por el suelo, mientras varias gaviotas adultas vigilan a su polluelo desde la parte superior de los nichos e intentan disuadir a los usuarios de acercarse a los mismos.
No obstante, esta situación ya está en conocimiento de las autoridades municipales. Una usuaria asegura que «he hecho la correspondiente reclamación al ayuntamiento y espero tener en breve una solución para solventar este abandono. Mis preguntas son ¿Cómo se puede llegar a tal situación si en el cementerio hay personal para que se encargue de su mantenimiento? ¿Solo son importantes ciertas zonas para que queden bonitas en la foto? ¿Para dónde va la recaudación de los impuestos?», protestó Ana Fernández Castro.
Un cementerio turístico
El cementerio de San Amaro recibe a miles de personas cada año. No solo en entierros y en las visitas familiares. Es también un reclamo turístico y cultural. Pero quién quiera realizar una visita guiada tendrá que esperar hasta el 2019. Estas rutas nocturnas son muy populares, y no es para menos, ya que San Amaro se encuentra integrado en el circuito cultural europeo de los cementerios de interés desde la creación en el 2010 de The European Cemeteries Route.
