[VÍDEO] «El que acepta la muerte va a vivir mucho mejor»
No le gusta que le digan que trabaja con la muerte. Él dice que es una forma de honrar la vida de los que partieron. Pero Ricardo Péculo, el funerario más famoso que hay en la Argentina, vive en contacto permanente con los muertos.
Llegó a la ciudad argentina de Neuquén para capacitar a los empleados del servicio de sepelios que tiene la cooperativa CALF y habló de todos los temas que hoy son tabúes para la sociedad. Asegura que la gente tiene que organizar sus propios funerales antes de morir y que los velorios son necesarios porque sirven para elaborar el duelo necesario ante la pérdida de un ser querido.
Usted trabaja con la muerte, pero a la vez tiene una gran filosofía de vida. Cuénteme.
Yo siempre digo que el que acepta a la muerte vive más. A veces vivimos trabajando y no disfrutamos. Me canso de escuchar en los velorios: “Ay él quería conocer Bariloche”. ¡Hermano, es tarde! ¿Por qué no conocieron Bariloche? Todavía es tabú hablar de la muerte. Hay que aceptar que uno se va a morir. Entonces, hagan las cosas mientras vivan.
¿Cree que esa forma de tabú es muy de occidente?
No lo sé. Yo lo veo así por la experiencia que tengo trabajando. Otra cosa: yo siempre digo que la gente tiene que organizar los velorios antes de morir. ¿Qué pasa si yo organizo la fiesta de mi casamiento el día que me caso? Es un desastre. Entonces, ¿por qué organizan el funeral el día que se mueren?
—Nadie tiene pensado morirse…
«El que acepta la muerte va a vivir muchos mejor»
Ricardo Péculo. Especialista. El tanatólogo más famoso de la Argentina habla de los tabúes que existen alrededor de la muerte. Asegura que su trabajo es honrar la vida.
Es cierto… Pero es bueno organizarse. A veces me dicen: “Ricardo, sabés que cremé a mi papá y ahora estoy arrepentido”. Bueno, eso es porque no lo hablaron. O a veces creman a los difuntos y después no van a buscar las cenizas. Los crematorios están llenos de cenizas que la gente no va a buscar.
¿Cree que lo ideal es la cremación?
Lo que la gente quiera, pero hablándolo antes con los familiares. Yo, por ejemplo, ya compré mi ataúd. Y quiero que me entierren junto a mis padres. Pero con mi esposa hicimos un pacto. El día que ella no vaya más al cementerio, por cualquier motivo, le pedí que me cremen. Nosotros morimos dos veces: una es la muerte física y la otra es la muerte del olvido. Y nadie quiere la segunda muerte.
¿Para qué sirven los velatorios?
Los velatorios son todo lo contrario a lo que la gente piensa. Creen que es un acto social y en realidad el velatorio es cuando uno se prepara para elaborar el duelo. Es lo que hace el clic que nos dice: “murió”. Uno se va preparando a que mañana ese ser querido se va a ir definitivamente. El cierre del ataúd y el traslado al cementerio son dos momentos clave. Pero eso no se soporta si no hacemos un velatorio. En muchas ciudades hay quienes se niegan a hacer velatorios. Esa gente tiene problemas para elaborar el duelo. Y no lo digo yo. Lo dicen los psicólogos. El acto social del velatorio no existe. Existe el acompañamiento de los amigos, que es fundamental.
¿Cuántos años hace que trabaja en este oficio?
Hace 42 años que trabajo en este oficio. Empecé de muy chico. Me di cuenta que podía ser muy útil en los momentos muy difíciles. La gente me dice que trabajo con la muerte. Yo no trabajo con la muerte. Mi función es honrar una vida. Un velatorio no marca que una muerte ocurrió, sino que una vida fue vivida. El otro tema es que esa persona esté presentable para ese momento tan importante. Para eso están la tanatopraxia y la tanatoestética. La idea es que uno se pueda despedir de su familiar como si estuviese en vida, como si estuviese durmiendo.
—Después de tantos años, ¿se impresiona con algo?
Me molestan mucho las muertes terrenalmente injustas. La muerte de un joven, de un chico… La gente cree que somos duros, que no tenemos sentimientos. Es mentira. A mí me impacta mucho eso.
¿Y en el caso de la muerte de famosos?
No. Yo hice muchos servicios de famosos (José Luis Cabezas, Menem Junior, Frondizi, el traslado de Perón a San Vicente) y tomo a todos por igual. No me impacta eso.
¿Usted es consciente de que es un personaje?
(Se ríe) No. Yo digo que… (vuelve a reírse). Sí, soy un personaje.
Comprar su propio ataúd
En la exposición de ataúdes que se realizó en el Club Independiente, y a la que asistieron representantes de toda la industria argentina que trabaja con servicios de sepelios, había un féretro muy particular. Era el de Ricardo Péculo. Él lo compró con anticipación y lo personalizó con una foto suya vestido de gaucho. “La muerte es algo natural a lo que nos tenemos que acostumbrar. Cuando yo me muera, ya tengo todo organizado con mi esposa”, asegura.
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