La provincia de Orense reconvierte viejos centros educativos en desuso en velatorios
En la provincia de Orense se están reconvirtiendo escuelas municipales en velatorios para dar uso a unas infraestructuras municipales, antiguas y en desuso en núcleos más pequeños.
En el año 2000, los concellos de la provincia orensana tenían 302 edificios municipales completamente abandonados, de los cuales 258 eran antiguas escuelas y centros educativos. Con el auge de la rehabilitación y, sobre todo, la presión vecinal para habilitar sitios de reunión y lugares donde velar a sus muertos, 18 años después se ha dado un giro radical.
Los datos de la Encuesta de Infraestructuras Locales del Ministerio de Política Territorial y Función Pública lo dejan claro. En 2017, solamente quedaban 83 edificios municipales vacíos en los pueblos, y de ellos, 68 son antiguas escuelas.
Nuevos usos
Las escuelas ahora son sitios de reunión, bien para jugar a las cartas, bien para hacer cursillos municipales y mantenerse activos. Y, cada vez más, para velar a los vecinos fallecidos.
El municipio de Chandrexa de Queixa (Orense) hace diez años que cerró el colegio, pero antes ya había cerrado la escuela unitaria de Rabal. Ahora acaba de reabrir como un tanatorio subvencionado por la Xunta.
El resurgir de los pequeños velatorios en los núcleos es una realidad desde hace años, en antiguas escuelas, se combina el local social con el velatorio. Prácticamente todas las parroquias de Pereiro tienen su propia sala para velar difuntos.