Se celebra en São Paulo un simposio para tratar la «Buena muerte» para romper todos los tabúes
SÃO PAULO. La muerte es un tabú para el 75% de los brasileños, pero el mayor país de Sudamérica está dispuesto a romper moldes y a hablar abiertamente del asunto en una conferencia internacionalque reunirá desde médicos a disyóqueis especializados.
En medio de una creciente negación al luto, Brasil acogerá por primera vez un simposio para tratar la «buena muerte» y discutir las últimas novedades de un sector que se presenta como «eterno».
Con el avance de las nuevas tecnologías, los velorios online, las tumbas con códigos QR o los libros virtuales con mensajes de despedida para los finados se han abierto paso en un industria que factura 7.000 millones de reales (unos 1.700 millones de dólares) al año en Brasil, según los datos del sindicato nacional del sector funerario.
«La tecnología cada vez va a ser más común» y puede «facilitar el proceso de luto» sin dejar de la lado la «humanización», explicó a Efe la empresaria Gisela Adissi, ejecutiva del Grupo Primaveras, propietario de un cementerio en la ciudad paulista de Guarulhos.
Adissi, una de las mayores especialistas brasileñas del luto, lanzará un estudio inédito sobre la muerte en Brasil durante la conferencia internacional que tendrá lugar entre el 24 de septiembre y el 2 de octubre en Sao Paulo y que reunirá expertos del sector.
Según el informe «El brasileño y la muerte», desde mediados del siglo XX la relación con el luto ha cambiado: mientras hace unas décadas era tratado de forma colectiva, hoy los brasileños intentan esconder el dolor de la pérdida.
Con el paso del tiempo, las plañideras han dejado de existir y algunos rituales, como la misa del séptimo día, han perdido fuerza, en medio de una relación cada vez más íntima con la muerte.
El sondeo, que será presentado este lunes, revela que la muerte es un tabú para el 75 % de la población en Brasil, el 73,3 % evita hablar sobre el tema y, de media, las mujeres lo hacen más que los hombres.
Discutir la muerte será uno de los principales objetivos de la conferencia y para ello se llevará el asunto hasta la mesa a través de la iniciativa mundial «Death over dinner», creada por el estadounidense Michael Hebb.
La propuesta de la cena es reunir a diversos grupos de personas y conversar sobre la muerte y también sobre la vida, una idea que ya ha atraído a más de 100.000 personas en todo el mundo desde 2013.
En el encuentro también participará la dj de música electrónica Yoko Sen, quien trasladó el delicado asunto hasta el terreno de la música: ¿Cuál es el último sonido que te gustaría escuchar antes de morir?, se cuestionó tras permanecer ingresada en el hospital durante una enfermedad.
En base a esa pregunta decidió crear su proyecto Sen Sound, mediante el cual propone cambiar el «traumático» ruido de las máquinas de los hospitales por melodías que incluyan el sonido del mar o la voz de los seres queridos de los pacientes.
El luto también será introducido a los niños mediante piezas teatrales y películas, mientras que los transeúntes podrán expresar sus deseos antes de fallecer a través de intervenciones urbanas esparcidas por diferentes puntos de la mayor ciudad de Brasil.
«Hablar sobre muerte también es hablar sobre la vida, sobre cómo vamos a llevar nuestra vida para tener un proceso de luto mejor», afirmó Adissi, presidenta de la Asociación y del Sindicato de los Cementerios y Crematorios Particulares de Brasil (Sincep).
«Cuando más hablemos más preparados estaremos. En el momento en el que pierdes a alguien tienes que tomar más de 60 decisiones si no estás preparado. Son decisiones prácticas y emocionales», agregó.
Con el aumento de la esperanza de vida, la muerte se ha convertido en un asunto distante y deja de ser admitida como un fenómeno natural y necesario, según el estudio, pero sigue siendo inevitable y el sector continúa innovando ante la llegada de nuevas demandas.
Hoy en día las cenizas pueden transformarse en diamantes o pueden ser guardadas en urnas biodegradables con semillas que se transformarán en árboles, mientras que las nuevas tecnologías ya permiten que la última despedida pueda realizarse a través de Internet.