Quince detenidos por fraude al cambiar ataúdes de alta calidad para revenderlos antes de la cremación
La Policía Nacional ha detenido el sábado por la tarde a un trabajador en el marco de la Operación Ignis que se desarrolló el jueves en varios tanatorios que el Grupo El Salvador tiene en Valladolid. Con esta ya son 15 las personas investigadas acusadas como presuntos autores de un delito de estafa y organización criminal que se dedicaban a cambiar los ataúdes antes de las incineraciones por otros más baratos desde el años 1995.
El Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid ha acordado en la noche del pasado sábado la prisión provisional comunicada y sin fianza para el dueño de la funeraria El Salvador, implicada por estafa de ataúdes, y prisión provisional eludible con fianza de 800.000 euros para su hijo.
Las pesquisas que han conducido a la detención de trece varones y dos mujeres, entre propietarios y trabajadores del Grupo El Salvador, tienen su origen en el proceso penal iniciado en 2017 entre la funeraria y un empleado que una vez jubilado extorsionó a la mercantil para ver mejorada su pensión como requisito para no desvelar estas prácticas irregulares.
Según ha informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad a través de un comunicado, además el juzgado ha decretado libertad provisional para 13 detenidos en la operación. Los 13 detenidos puestos en libertad son investigados en una causa abierta por delitos continuados de falsedad y estafa, delito contra la hacienda pública, blanqueo y organización criminal.
Son miles de personas las afectadas a lo largo de 20 años, y son varios los millones de euros estafados entre 1995 y 2015. Desde ese grupo funerario cambiaba ataúdes de alta calidad por otros más baratos para luego revenderlos, y lo mismo hacía con las coronas de flores.
Desde las 9.00 horas de este sábado han ido pasando a disposición judicial los 15 detenidos por el caso de la supuesta estafa que durante al menos dos décadas realizó la funeraria El Salvador en Valladolid, que a la hora de incinerar cambiaba los ataúdes de alta calidad por otros más baratos para revenderlos.
El juzgado investiga, entre otras actividades que también habrían podido ser delito, si se retiraban los cadáveres de los ataúdes antes de la incineración y se revendían, podrían haber cometido un delito de profanación de cadáveres.
