Una nueva vida para el cementerio
El cementerio de San Vicente de Elviña (La Coruña) está en mal estado y los vecinos no quieren que la situación se prolongue. Para remediarlo, este viernes crearán una asociación vecinal para afrontar los gastos de reforma del camposanto y el mantenimiento diario, del que ahora se encargan unos voluntarios.
La comisión hace un llamamiento a los propietarios de nichos —hay más de mil— de este cementerio para llevar a cabo las obras de forma conjunta. «Creemos que hay que hacer algo ya», dice Ángel Regueira, uno de los vecinos implicados en la iniciativa
El cementerio de San Vicente de Elviña necesita un cambio y sus vecinos están dispuestos a dárselo. Los propietarios de nichos o panteones de este camposanto aseguran que está «deteriorado», con desperfectos y sin vida. Una situación a la que quieren poner fin cuanto antes. La solución la tienen clara: crear una asociación. «Este viernes nos reuniremos para, por fin, firmar el acta fundacional. Entendemos que esto no es cosa de uno o dos, es de todos. Tenemos que arreglarlo en conjunto», cuenta uno de los futuros miembros de la asociación, Ángel Regueira.
El terreno sobre el que se encuentra el cementerio, que cuenta con alrededor de 1.100 nichos, pertenece a la iglesia, pero son los usuarios los que se tienen que encargar de cuidar este lugar. La idea de crear una asociación nació entre conversaciones de vecinos que suelen visitar el camposanto para recordar a los seres queridos que ya no están. «Para saber que el cementerio está en mal estado, solo hay que verlo», señala Regueira, que detalla hay que reparar «los tejados, la canalización de aguas y el firme del suelo». Además, al estar en cuesta, si llueve, el agua cubre todo el terreno. «Se inundan las partes más bajas», añade.
Aunque es algo que está presente cada día, los usuarios han «asumido» esta situación. Pero está a punto de llegar a su fin. «Creemos que hay que hacer algo ya», resume Ángel Regueira.
Los vecinos solicitaron presupuestos a varias empresas para iniciar la reforma del cementerio y ya han elegido el proyecto ganador, que el viernes será presentado en la junta. «La empresa ya ha trabajado en otros cementerios y eso es bueno», indica. El coste podría alcanzar los 190.000 euros. «Se pretende hacer una derrama e ir pagando a plazos esta obra», explica este vecino de la zona.
Lo complicado ahora es localizar a todos los propietarios de nichos de este camposanto. «Ya contamos con 700 con los que hemos contactado o nos han dado su consentimiento pero aún nos queda gente por avisar», cuenta Regueira. Se han puestos carteles en la zona y también funciona el boca a boca, pero algunas tumbas han sido heredadas y esas personas no han vuelto por San Vicente de Elviña. «Puede que haya personas que sean usufructuarias de estos nichos pero por parte de sus bisabuelos o familiares lejanos. Gente que no ha venido más por aquí», detalla Ángel, que hace un «llamamiento» a todos los usuarios para «que se sumen a la iniciativa» aunque sabe que es difícil dar con ellos porque el cementerio «pertenece a Elviña, Castro de Elviña, Feáns, Mesoiro, Vio, Palavea y Pedralonga».
Ángel Regueira entiende que «de nada vale» que alguien arregle, cuide y limpie su nicho pero el de al lado no, porque uno perjudica al otro. «Tiene que ser algo que hagamos todos», sentencia, y agradece también «la labor de los voluntarios que están diariamente limpiando la iglesia y el cementerio».
El párroco de San Vicente de Elviña también apoya esta iniciativa. Lo demuestra ayudando a los vecinos a tramitar permisos de obra a través de la Archidiócesis de Santiago, que tiene que dar el visto bueno a un proyecto que está a punto de arrancar.
En la reunión del viernes, además de presentar el proyecto de obra y firmar la fundación de la asociación, se solicitará a la parroquia la autorización necesaria para llevar a cabo la actuación. Además, la comisión responderás las dudas de los asistentes.
La formación de la asociación que impulsa las obras de mejora del cementerio de San Vicente de Elviña no se detendrá aquí. Nace con el objetivo de mantenerse en el tiempo para evitar que el camposanto vuelva a caer en una situación de deterioro como la actual. «Queremos hacer este arreglo pero también encargarnos del mantenimiento diario. Es la forma de que esto no vuelva a ocurrir», concluye Ángel Regueira. La Opinión
