Juzgan a una forense que ocultó el corazón de una persona fallecida alterando las pruebas
La Fiscalía de Zaragoza llevará a juicio a la forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) Teresa R. V. acusada de un delito contra la administración de Justicia por haber ocultado el corazón de una persona fallecida.
En la primavera de 2016 una juez apartó a la médico forense de la investigación de un caso de homicidio en Calatayud al descubrir que le había ocultado que guardaba el corazón de la víctima y no lo había enviado a analizar. El hallazgo de la prueba resultó decisivo, ya que al enviar el órgano al laboratorio las pesquisas dieron un giro radical.
El informe apuntó que el hombre había fallecido por causa natural, y se descartó que hubiera sido víctima de un crimen y se exculpó al hombre que había estado imputado y encarcelado durante cinco meses, acusado como presunto autor de homicidio. El imputado ahora reclama a la Administración 100.000 euros de indemnización.
Según ha informado Heraldo, una vez que se descartó el homicidio y se archivó la causa, el juzgado puso en conocimiento de la Fiscalía cómo había actuado la forense, Teresa R. V., quien se enfrenta a una petición fiscal de dos años y medio de inhabilitación para empleo público y una multa de 6.000 euros, ya que tuvo en sus manos el corazón, que lo guardó sin analizar y que, además, le dijo a la juez instructora que no había conservado la víscera.
Fue el testimonio de un policía el que permitió dar con el corazón. El agente advirtió a la jueza que él había presenciado la autopsia y que vio cómo se extraía y conservaba el corazón de la víctima. El juzgado ordenó entonces que se diera con el corazón, se localizó y fue analizado por otros forenses, que en su informe concluyeron que la muerte de esa persona no podía atribuirse a una causa violenta sino a una patología cardíaca que padecía previamente.
Eso libró al imputado de la acusación de homicidio y solo fue multado por una pelea que había tenido con la víctima apenas media hora antes de que muriera. El fallecido tenía 52 años, y 37 el acusado.