El alcalde cordobés de Lucena se interesa por el cementerio musulmán de Murcia
Apenas quedan entre ocho y diez fosas libres de las 100 que se contemplaron en los años 90, al cementerio musulmán de Murcia, cuando se construyó en el interior del recinto de Nuestro Padre Jesús.
La financiación necesaria para la ampliación de otras 100 fosas más está contemplada en los Presupuestos de 2019, todavía sin aprobar. Lo que sí está hecho y aprobado es el proyecto para acometer la obra.
Sin embargo, esta falta de espacio no merma la importancia de este cementerio, que se convirtió en un referente al ser uno de los primeros en construirse en España durante el siglo XX. Sus características técnicas, arquitectónicas y logísticas sirven de inspiración a otros municipios que se encuentran la necesidad de dar sepultura a las comunidades musulmanas.
El último en visitar esta necrópolis para conocer todos los detalles e intentar hacer algo parecido en su localidad ha sido el alcalde de Lucena (Córdoba), Juan Pérez, quien visitó esta semana el cementerio junto al edil de Salud, Felipe Coello, y técnicos municipales que le hicieron de guías por las instalaciones y resolvieron sus principales dudas.
Los camposantos eclesiásticos de la Región murciana siguen regulados por un decreto de 1974 por el que se aprobó el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria. «Pero aunque las competencias están transferidas, la Comunidad no ha desarrollado una ley», añadió Eduardo González. A falta de una legislación regional en la que ampararse para resolver esa necesidad de dar sepultura a los musulmanes que así lo requerían, el Ayuntamiento se amparó en el principio de no discriminación por razón de «nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social» recogido en el artículo 14 de la Constitución Española.
«Fue entonces cuando negociamos con la comunidad musulmana cómo debía ser su cementerio. En los planos, se diseñó una Mezquita, un lavatorio, y las fosas mirando hacia la Meca». Para no incumplir la legislación vigente sobre los enterramientos en España, los musulmanes llegan en un coche fúnebre y dentro de un ataúd al cementerio. Una vez dentro del mismo, inician sus rituales. Sacan el cuerpo de la caja, lo lavan, lo envuelven en una sábana y le dan sepultura tocando tierra, en unas fosas de un metro de profundidad. Todas estas cuestiones eran las que quería saber el alcalde socialista de Lucena.
