Un informe alerta del riesgo que suponen los cadáveres con implantes radiológicos
Un informe de la Conselleria de Justicia de la Comunidad Valenciana, correspondiente al pasado mes de octubre y centrado en los institutos de medicina legal de la Comunidad constata la presencia de cadáveres con implantes radioactivos.
El informe indica “la existencia de riesgos de contaminación radioactiva en cadáveres sometidos a tratamientos previos de braquiterapia”, tal y como recogen David Burguera y J.A. Marrahí en el diario Las Provincias.
La braquiterapia es un tipo de radioterapia utilizada para tratar el cáncer. Se coloca una fuente de material radioactivo adentro del paciente para matar células cancerosas y achicar tumores. Muy frecuente en pacientes con cáncer de próstata.
El informe señala que el problema ya venía evidenciado en otro informe fechado el 22 de diciembre de 2017, con la firma de la Conselleria de Transparencia. En él se alertaba de “la investigación realizada ha puesto de manifiesto, adicionalmente, aparentes insuficiencias en el necesario control sanitario de la incineración de cadáveres que presentan riesgos de contaminación radioactiva”.
La Genearlitat lanzó, según Las Provincias, la siguiente recomendación hace dos años: “Solicitar de la Conselleria de Sanidad, como medida preventiva, que elabore y difunda un protocolo o, si lo tiene, proceda a su revisión en aras de garantizar el que a este tipo de cadáveres se les da el tratamiento sanitario que corresponda y asegurar así que ningún cuerpo contaminado con elementos radioactivos pueda ser incinerado”.
La realidad indica que eso no ha sucedido. Como consta en el informe más reciente de octubre donde se indica que “se ha desatendido la recomendación formulada en su momento”. Y se insiste “reiteramos la recomendación recogida en el informe inicial elaborado en su momento”. Es decir, se urge a Sanidad un protocolo al respecto.
Desde la Consellería, no han aclarado si el protocolo de actuación que se les exige existe o será elaborado en un futuro. Y que en la actualidad los pacientes que han sido tratados con implantes permanentes “no representan riesgo de radiación”.
En ningún momento valoran si se están cumpliendo o no con los requisitos. Solamente destacan que los cadáveres “pueden ser incinerados salvo aquellos que puedan presentar contaminación por productos radioactivos” y “si contuviese elementos termo-activos los familiares tienen la obligación de declarar su existencia y procederse a su extracción”.