¿Qué diferencias de género existen en el rito funerario del velatorio?
La muerte entendida como el fin de la vida implica aspectos biológicos, médicos, sociales, culturales y religiosos. Es un proceso acompañado de dolor y sufrimiento, que muestra cómo la concibe y afronta cada grupo cultural en función de sus sistemas de valores y creencias.
Y el velatorio es una manera de despedir y cuidar a los difuntos, generalmente parientes o conocidos. Ahora, Raquel Tejada, enfermera especialista en enfermería Pediátrica, máster Investigación en Ciencias de la Enfermería y máster en Enfermería Oncológica, ha realizado un estudio, publicado en la revista Metas de Enfermería, en el que ha analizado qué diferencias de género existen en el rito funerario del velatorio. “La motivación que me ha llevado a realizar esta investigación, está relacionada con el estudio realizado durante un año, en relación con dos asignaturas cursadas durante la realización de un máster universitario, en las que se profundizaba sobre la investigación cualitativa y sobre las diferencias de género en la sociedad. Éstas últimas conducen, en muchos casos, a comportamientos denominados «machistas» o «feministas», que vienen predeterminados por el contexto social en el que se producen”, explica Tejada.
La intención de esta enfermera era estudiar si, en los ritos funerarios, existían este tipo de diferencias y en qué grado el entorno social espera una respuesta diferente en función del sexo o género al que se pertenece. “Decidí estudiar este contexto ya que me parecía que, al tratarse de un ritual donde afloran sentimientos a veces incontrolables, quizás cabía la posibilidad de que las imposiciones sociales no se dieran. Aprovechando el fallecimiento de un ser querido, tuve la oportunidad de observar profundamente los hechos que allí acontecieron”, añade la enfermera.
Conclusiones
Durante el trabajo se analizaron las conductas de 57 sujetos con edades comprendidas entre los 15 y los 76 años, 30 mujeres y 27 varones, y “observé que las mujeres consideran la muerte como un paso a la trascendencia: rezaron y lloraron como algo natural, dieron importancia a la familia y apoyaron a los demás en el duelo. Algunas vistieron de luto y la mayor parte de ellas permanecieron en el interior de la sala de velatorio, próximas al difunto. En cambio, los hombres perciben la muerte como una etapa biológica poco trascendental. Nos mostraron públicamente sus emociones -no lloraron- y no vistieron de luto. Casi la totalidad de ellos permanecieron en el pasillo, fuera de la sala o la puerta”, expone la autora del estudio.
Diferencias
El objetivo de este trabajo fue evidenciar que incluso en un acto tan universal como la muerte, y más concretamente durante el rito del velatorio, hay diferencias de género en la sociedad, también en función de la edad y la cercanía. “Pienso que la sociedad es quien determina cuales deben ser los roles masculinos y femeninos. Este hecho viene dado desde los tiempos más antiguos. Se esperan y se exigen determinadas conductas o comportamientos en función del género al que se pertenece. En el caso concreto de los rituales funerarios y, más concretamente en el velatorio de un difunto, nadie espera ver, al menos en nuestra cultura, a los varones llorando desconsoladamente y rezando, mientras las mujeres los consuelan. U observar a todos los hombres vestidos de negro y las mujeres con estampados en sus ropas. Tampoco se consideraría lógico que las mujeres estuvieran charlando animadamente fuera de la sala de velatorio mientras los hombres permanecen dentro mostrando su tristeza. Y todos estos comportamientos vienen dados por el contexto social, en el que los hombres son «fuertes» y no muestran signos de debilidad, y las mujeres, en cambio, lloran y son consoladas como algo normal”, puntualiza Tejada.
A la pregunta: ¿de qué manera se podría cambiar esto?, esta enfermera reconoce que la respuesta no es fácil. “¿Cómo cambiamos unas diferencias que están presentes en la cultura y en el contexto social desde los tiempos más antiguos? Los estereotipos de género y lo que se espera de hombres y mujeres es algo que está muy arraigado en la cultura. El cambio vendrá cuando entendamos que todos somos iguales, que los hombres pueden mostrar su tristeza y sus emociones igual que lo hace una mujer, que una niña puede jugar al fútbol y un niño a las muñecas, que un determinado trabajo puede ser realizado tanto por un hombre como por una mujer…, en conclusión, que todas estas diferencias, en realidad no existirían si nosotros no las hubiésemos creado. Afortunadamente, existe una avance, puesto que hay un movimiento de consecución de derechos e igualdad entre hombres y mujeres, sin que ninguno pierda su identidad”, finaliza. (diarioenfermeros.es)