Condenan a los responsable de tirar los huesos de las tumbas del cementerio a una escombrera
El cura de Carballo, (parroquia del concejo de Cangas del Narcea, en el Principado de Asturias) encargó construir 32 nichos en el cementerio del pueblo, pero arramblaron con las tumbas antiguas y tiraron los restos en dos escombreras, concretamente en Las Mestas y Río Seco.
Los vecinos mostraron su enfado al saber que los huesos de sus antepasados estaban tirados como basura en el muladar, y que habían estado depositados en sacos y calderos en la sala de autopsias del cementerio.
Los vecinos encontraron lápidas en las escombreras. Como muestra de respeto a los difuntos, los vecinos pusieron en las escombreras rótulos con el lema: «Seguimos aquí, con vosotros».
Ahora, el magistrado José María Serrano, titular del Juzgado de lo penal número 1 de Oviedo, acaba de condenar a los constructores -dos hermanos, vecinos del pueblo- al pago de una multa de 1.800 euros y, más importante, a buscar y recuperar los restos de los cadáveres que arrojaron a las escombreras, con el fin de enterrarlos dignamente.
Para el juez Serrano, la actitud de los constructores, «pone de manifiesto la voluntad, intención de menospreciar, desdeñar a los familiares y amigos de los fallecidos, y resulta evidente que con ello se ofende la memoria de los muertos, altera la paz y el descanso de los muertos». Por tanto, considera los hechos como «constitutivos de un delito de falta de respeto a la memoria de los muertos».
En el juicio, celebrado el pasado mes de enero, los constructores acusados, defendidos por Ernesto Tuñón e Indalecio Talavera, adujeron que habían retirado los huesos de la escombrera a petición del Ayuntamiento de Cangas del Narcea, y que el inspector de obras municipal lo había verificado.
Las obras de ampliación del cementerio de Carballo fueron a finales de 2015.