El Ayuntamiento habilita una zona en el cementerio de Almacellas para la comunidad musulmana
El Ayuntamiento de Almacellas (provincia de Lérida) aprobó en el pasado pleno una ordenanza para celebrar entierros de la religión islámica en el cementerio municipal.
Para ello se ha tenido que habilitar una parcela de 13 por 44 metros en una zona específica para los musulmanes en el cementerio de la población en el que caben una cincuentena de sepulturas.
El Consistorio tenido que modificar las tarifas fiscales que establecen que la tasa para reservar espacio en la zona destinada a esta religión es de 800 euros y de 23 euros el mantenimiento anual. De esta forma, se adquiere el derecho funerario para una tumba enterrada.
El pasado mes de abril se mantuvo una reunión con responsables de la comunidad islámica para informarles de las posibles ubicaciones para enterramientos. Aprovechando las obras para la construcción de una nueva sección de 75 nichos en el ala sur, también se ha delimitado un área para enterramientos musulmanes.
La comunidad islámica de Almacellas son unas mil personas y es una de las más activas de la comarca. Por su parte, otros municipios con numerosa población musulmana como es el caso de Alcarrás, Aitona o la Granja de Escarpe no han optado por estas medidas ya que, según sus alcaldes, no se ha dado ningún caso.
Ritos funerarios islámicos
El ritual consiste en el lavado del cadáver, amortajamiento, ceremonia religiosa -oración y honras fúnebres- y entierro. La tradición profética para amortajar al fallecido recomienda utilizar tres paños de algodón blancos para el hombre y cinco telas del mismo tipo para la mujer.
Para trasladar al fallecido es habitual que se utilice un ataúd de madera, sin tapa. Ya en el cementerio, se retira del ataúd. El cadáver se deposita directamente en la tierra para que esté en contacto con ella, sin ataúd de ningún tipo, y sobre su costado derecho y con la cara dirigida a La Meca.
Una vez enterrado en un cementerio hay una serie de días clave en los que se visita la tumba: el tercero, el noveno y a los 40 días. El islam reprueba el embalsamamiento, la cremación e incluso las tumbas y monumentos funerarios.