Los vecinos de la parroquia están molestos con el cura porque no se implica en la reparación del cementerio
Los vecinos de la parroquia de San Xurxo, en Moeche, (provincia de La Coruña) llevan años intentando arreglar el cementerio, pero aseguran que no han podido hacerlo por la falta de colaboración del cura, “ni siquiera asiste a las reuniones».
«El cura se quejó de que no pagamos la tarifa del cementerio [diez euros al año], pero desde que nos reunimos con él se creo una comisión, con tres personas, para resolver este tema y ahora, la mayoría ya paga», explica Rego, una de las tres representantes vecinales.
Antes, la cuenta bancaria de este cementerio era compartida con el de San Juan, y al final consiguieron que el párroco accediera a abrir una exclusiva para San Xurxo, lo que les permite un mejor control.
Los vecinos se quejan por el estado de abandono de la iglesia, donde ya solo se ofician entierros, funerales, aniversarios o bodas (el resto de misas se centralizaron en el templo de San Ramón). La gota que ha agotado la paciencia de los parroquianos es la negativa del cura a que dejen ramos de flores dentro del templo, tras un funeral o entierro. En el último, los colocaron fuera, al pie de la verja, en señal de protesta.
El párroco tiene otra opinión
El párroco, Juan Antonio Vergara Fraguas, desmiente las acusaciones, que atribuye “a las limitaciones y la escasa capacidad intelectual de algunas personas […], y a que son muy revoltosos”. “Si quedan flores dentro se pudren y tengo que tirarlas yo [nadie más dispone de las llaves, según apuntan los vecinos].
“Se rompió un cristal y entraron los murciélagos, pero procuro barrer y pasar un paño cuando tengo un oficio”, señala. «Reparar la iglesia cuesta una millonada, no se puede exigir todo y no dar nada […]. Se proponen arreglar el cementerio y elevan la cuota de diez a trece euros, son cuotas muy exiguas y no da.