El cementerio de San Miguel dispone de 88 nuevos nichos y ha habilitado una zona para construir otros 540
El Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora (provincia de Almería) ha realizado una importante ampliación del cementerio de San Miguel y también ha actuado sobre las instalaciones para que el camposanto disponga de mayor capacidad.
Una ampliación que ha sido muy necesarias para adelantarse a la demanda que pueda existir en los próximos años. Para todo ello el Consistorio ha destinado 233.000 euros con cargo de fondos municipales.
El concejal de Obras y Servicios, Francisco Jesús Navarro, ha dicho que se ha llevado a cabo la urbanización de la parcela contigua al cementerio municipal, comunicada con el mismo por la parte lateral, y se ha dotado de 88 nuevos nichos en cuatro alturas, quedando además preparada para la construcción posterior de un total de 540.
La obra ha contemplado además la ejecución de muros perimetrales, pavimentación, ajardinamiento, instalaciones eléctricas y una puerta para el acceso a esta nueva zona. En total se ha actuado en una superficie de 1.400 metros cuadrados. De esta forma, se ha llevado a cabo una obra que responde a las nuevas necesidades del municipio, que requería de una ampliación del cementerio de San Miguel para disponer de un lugar adecuado para el enterramiento de los difuntos.
No sólo eso, sino que además en el próximo mes de septiembre comenzarán nuevas obras en la zona más antigua del cementerio, que se encuentra en peor estado, y se procederá a renovar el pavimento y las zonas ajardinadas. Por otro lado, se va a comenzar a reparar los nichos que están en estado ruinoso.
De hecho, en esa zona donde se va a actuar, ya se han fotografiado y catalogado un conjunto de lápidas con valor artístico y funerario e incluso con valor histórico y que no han sido reclamadas.
Esas lapidas catalogadas con interés particular se van a extraer de su lugar original y se van a colocar en los laterales de los nuevos espacios del cementerio a modo de memorial por los difuntos, y así se pretende salvaguardar, por un lado, el valor artístico e histórico de las lápidas y, por otro lado, va a servir de memoria permanente de esas personas difuntas.
