Vecinos del Bajo Pallars piden “protección para los cementerios de pueblos abandonados”
San Sebastián de Buseo, es un antiguo pueblo despoblado y abandonado perteneciente al Bajo Pallars, en la comarca de Pallars Sobirà, (provincia de Lérida) deshabitado desde los años sesenta. Los vecinos se fueron, las casas han ido cayendo, pero las cruces del cementerio aguantan.
Es el récord de los antepasados. Ahora, vecinos de la zona piden que se conserve para evitar que también acabe en ruinas. Besan (Alins) deshabitado la mayoría del año, carece de carretera y el único acceso es a pie. Ignasi Sinfreu tiene enterrados a sus familiares y considera que por el «valor sentimental y humano» que suponen deben preservarse. Junto a Mencui (Soriguera) se encuentra el cementerio. Una única cruz en medio de un prado lo denota. Josep Nus, vecino del pueblo, pide cerrarlo para evitar que los jabalíes se paseen por encima de las tumbas de sus antepasados.
San Sebastián, pueblo en ruinas
Anna Servent, vecina de Sarroca (Baix Pallars), a pocos kilómetros de San Sebastián, todavía recuerda cuando el pueblo se fue despoblando. Y con los años ha visto cómo las casas se derrumbaban. Sirviente visita el pueblo vecino a menudo y recuerda como ya en dos ocasiones el muro de contención del cementerio ha cedido. Hasta el punto de quedar al descubierto maderas de ataúdes y huesos de los muertos. Esta vecina recuerda haber vuelto a enterrar los restos con sus manos. Al poco, los muros se rehicieron.
El pueblo está prácticamente todo en escombros, incluso la iglesia, pero las cruces de los difuntos se mantienen de pie. Prácticamente, la única señal de que hubo vida en el pueblo. Sirviente ha dicho que ver caer las casas del pueblo «da mucha pena» y confía en que el cementerio se mantenga. Allí tiene enterrados a todos sus «amigos» del pueblo vecino.
Mencui, un núcleo con una docena de habitantes
El cementerio de Mencui queda justo debajo de la carretera a la entrada del pueblo. Se identifica porque en medio de un trozo hay una cruz con flores atadas. No hay puerta ni paredes, sólo una cruz. Josep Nus, vecino del pueblo, ha pedido al Ayuntamiento poner vallas para que los animales salvajes no puedan entrar. Día sí y día también ve cómo los jabalíes pisan las tumbas. Este vecino del Pallars quiere evitar que un día los animales se pongan a hurgar por el cementerio como hacen en prados cercanos.
El Ayuntamiento de Soriguera consciente de la situación ya ha empezado a trabajar y en breve y pondrá algún tipo de barandilla y una puerta. De esta forma el cementerio también quedará bien delimitado.
Besan, pueblo semideshabitado sin carretera
La familia de Ignasi Sinfreu, vecino de la Borda de Felipe, es originaria de Bessan, un pueblo que no tiene carretera y que sólo se puede acceder a pie por un sendero de unos tres kilómetros. Recuerda que cuando fallecieron sus padrinos los subieron con la ayuda de animales a enterrar a Besan. A sus padres ya los enterraron en el cementerio de Ainet de Besan, pueblo junto a la borda donde vive para mayor comodidad. Este vecino quiere que el cementerio de este pequeño pueblo se conserve por recuerdo a sus antepasados, pero también por el recuerdo de todos los vecinos del pueblo enterrados. Asegura que ya ha dejado escrito que cuando él muera, quiere que lo entierren en Besan.
Junto con otros vecinos del pueblo, cuida que el cementerio no se estropee. Sinfreu reflexiona y dice que para él tiene más valor el cementerio que la iglesia del pueblo.
En el cementerio de Besan cuesta que entren corzos o jabalíes porque está sobre una peña. Lo que sí harán es ponerle una puerta. Esta obra la hará el Parque Natural del Alt Pirineu.
Norís; con un solo habitante todo el año
En Norís, en el municipio de Alins, solo vive un vecino todo el año. La tranquilidad es absoluta tanto que los jabalíes campan libremente. La alarma llegó el día que entraron en el cementerio y empezaron a hurgar dejando algunos huesos de los difuntos al descubierto.
El Parque Natural del Alt Pirineu se encargó de solucionarlo y puso vallas en todo el perímetro del cementerio para evitar el paso de fauna salvaje al cementerio.
Muchos son los cementerios que quedan desprotegidos de la fauna salvaje, de humedades que derriban las paredes o sufren falta de mantenimiento. En algunos casos son los propios vecinos quienes se preocupan de estos espacios y en otros los Ayuntamientos se encargan de este trabajo. El Parque Natural del Alt Pirineu últimamente ha dado respuesta a las peticiones que le han llegado: cerrar el cementerio de Norís y el de Besan (pendiente de colocar la puerta).
Como ha dicho el vecino de Besan, todo lo que se haga en los cementerios rurales es bienvenido con el principal objetivo de conservar estos espacios para el descanso eterno.