El cementerio parroquial de Calo, en el municipio de Teo, ha cumplido 100 años
Pocas parroquias de Galicia, e incluso otras entidades de población similares de España, pueden decir que tienen un cementerio particular y laico construido a iniciativa popular. Es el caso de la parroquia de Calo, en el municipio de Teo, (provincia de La Coruña) conmemorando el centenario de su camposanto.
Se inauguró el 30 de junio de 1922, tras comenzar a fraguarse en el año 1910, cuando lo promovieron la entonces Sociedade de Agricultores e Gandeiros del lugar junto con Residentes de Calo en Sudamérica.
De esa fecha son los primeros contactos para adquirir el terreno y el nombramiento de una comisión. El proyecto es del año 1912, redactado por uno de los arquitectos más importantes de entonces en el área de Santiago, Jesús López de Rego. Las obras duraron varios años y el primer presidente fue Manuel Díaz Castro. Hasta la actualidad hubo 13 responsables y el actual de la Fundación Cementerio Parroquial de San Xoán de Calo, que así se llama desde 2006, es Abel Barros Rodríguez, que encabeza una directiva de ocho personas.
En el año 2004 promovieron la creación de un velatorio y en 2015 una de las obras que el presidente valora como «la más importante de los últimos años»: la construcción de más de 200 columbarios. Durante su mandato también promovió la informatización de los datos de los titulares del cementerio, alrededor de 1.100, y se fijó un horario de atención, así como se cambió el sistema de alumbrado del camposanto y del velatorio para optar por luces led para ahorrar. La propiedad en el cementerio está reservada para vecinos de Calo u otras personas con vinculación familiar o, bien, si alguien llega de fuera deberá llevar cinco años residiendo en la parroquia y estar empadronado en el Concello.