Escaleras para poder reunirse con los que están en el cielo
El cementerio de San Amaro de La Coruña, es un lugar emblemático de la ciudad, cargado de historia, pero también de recuerdos por los seres queridos que yacen ahí. El problema es que la gran mayoría no se encuentra a ras del suelo, sino a varios metros de altura.
Según informa El Ideal Gallego, colocar unas flores junto a un nicho elevado supone un ejercicio de equilibrio sobre una precaria escalera por parte de una persona que, muchas veces es una señora mayor. Para solucionar el problema, el Ayuntamiento prometió que adquiriría siete nuevas escaleras de aluminio. Eso fue en 2016. Ahora, el Gobierno de Inés Rey procede a la compra de otras siete escaleras, idénticas en sus especificaciones.
Según consta en el documento de licitación, en la actualidad el sistema que se utiliza para el acceso a las lápidas por los usuarios y trabajadores del cementerio para colocación de flores, limpieza, etc, es por medio de una escalera de un tramo apoyada en la pared o nicho, lo que supone un “elevado riesgo de caídas”. Es exactamente la misma razón que se alegó por aquel entonces, en 2016. Se podría señalar que, dado que la gente del cementerio se enfrenta a la eternidad, siete años no son nada, pero quizá para sus parientes sí.
Por otro lado, fuentes municipales estiman que en su día sí se compraron las escaleras de aluminio en cuestión, pero que resultaron ser deficientes, además de insuficientes. Las escaleras que se quieren adquirir cumplen las mismas especificaciones de las que se anunciaron en su día en 2016: con guías en el suelo y con un sistema de frenado que impida su deslizamiento.
No se puede olvidar que San Amaro se halla en una cuesta que cae hacia el mar, y que precisamente en los departamentos segundo y tercero y sus respectivas ampliaciones, se encuentren el 80% de los nichos del cementerio, la totalidad de las calles en pendiente, y los nichos de más altura (llegan a los 5,5 m de altura).
No es solo peligroso para los visitantes, sino también para los propios trabajadores, problema que solucionarán las nuevas escaleras, en las que se invertirán 24.793 euros.
Solo en personalidades históricas, San Amaro acoge unos 200, como Luis Seoane o Curros Enríquez, pero hay miles más conocidos por sus amigos o familiares, que ahora estarán más seguros. A fin de cuentas, cuando uno sube esas escaleras, se trata de reunirse con un ser querido. Pero no de manera permanente