La sociedad demanda acciones a favor del medioambiente y desde el sector funerario tenemos que dar respuesta
Comentaba Ada Nuño, hace unos años en El Confidencial: » Yo he visto cosas que jamás creeríais. He visto a la gente grabar películas en cintas vírgenes una y otra vez, con la famosa «nieve» de separación entre una grabación y otra de por medio. He visto a esa gente comprar máquinas desechables que luego solo podían rescatar dos o tres fotografías.
¿Por qué hay empresas líderes en su campo como Kodak que fracasan estrepitosamente? ¿Es una cuestión de renovación o se trata de un cambio de hábitos de los consumidores?, que de repente desdeñan la marca sin un motivo aparente o hay algo más detrás de todo esto.
El caso de Kodak suele estudiarse continuamente como el de una empresa que dominó el mercado durante un siglo y que, sin embargo, no supo adaptarse a los cambios del siglo XXI.
El verdadero error fue realmente la mala dirección. La idea de centrarse únicamente en un solo producto, al contrario que Fujifilm, y poner todos los recursos en la producción de cámaras que iban realmente a un fondo perdido y roto.
Esto se debe simplemente a un miedo natural a perder a los compradores de toda la vida, entrando en desarrollos y/o productos en mercados desconocidos.
En el año 2001 las ventas de carretes y películas fotográficas alcanzaron su punto más álgido, pero eso no significaba que lo que fuera a llegar a continuación supusiese algo bueno, para sus intereses. Todos asistimos al cierre de los videoclubs, llegaba la era digital y posteriormente los móviles con cámara incorporada.»
Desde el sector, creo que no podemos mirar hacia otro lado cuando la sociedad demanda acciones a favor del medioambiente, la sostenibilidad y el cambio climático.
Que además dignifiquen de la mejor forma posible a ese familiar y amigo a través de una nueva forma de vida. Garantía, dignidad, ética son valores que deben continuar sin fisura alguna, en esta nueva realidad que sin duda demandan las familias y amigos.
Una vez la sociedad avanza hacia la cremación, cabe preguntarse qué podemos hacer nosotros como empresas del sector funerario, para dar la mejor respuesta a esas familias.
La respuesta no puede ser, esparcirlas al libre albedrío, sin mayor control. Las corrientes marinas también pueden ser un factor determinante de nuestra acción.
Esta contaminación de los espacios naturales y de las zonas públicas, debe detenerse en pro a una acción que de ser cada vez más generalizada, consecuentemente sea más beneficiosa para todos.