Huermur logra proteger el tesoro artístico de las capuchinas del Malecón y las reliquias incorruptas de su fundadora
La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) ha logrado que la Consejería de Cultura emita una resolución donde se incoa el procedimiento administrativo de declaración como Bien Catalogado por su relevancia cultural (BICA) a favor de los bienes muebles ubicados en el Monasterio de la Exaltación del Santísimo Sacramento de Clarisas Capuchinas de Murcia. Todo ello, tras la solicitud de Huermur efectuada el pasado mes de abril a la Dirección General de Patrimonio Cultural.
Este expediente de protección que ahora se inicia recoge las reliquias de la Beata Ma Ángela Astorch, el archivo y la colección artística del monasterio ubicado actualmente junto al Paseo del Malecón en la huerta de Murcia. Los bienes ahora protegidos cautelarmente hasta la resolución del procedimiento, y que son más de un centenar, abarcan una cronología desde el siglo XVII hasta fechas recientes, y se pueden encontrar desde obras pictóricas, a esculturas, tallas y orfebrería, así como numerosos archivos y obras documentales.
Huermur señala que se trata de un conjunto artístico reunido a lo largo de los siglos por las Madres Capuchinas con obras de indudable valor y de los artistas más significativos de Murcia, incluido Francisco Salzillo o Nicolás de Bussy entre otros, así como de las reliquias de la Beata Astorch, que se mantienen incorruptas desde hace más de tres siglos y medio.
Especial interés tienen dichas reliquias de la Beata, señalan desde Huermur, y que se componen del cuerpo incorrupto y perfectamente conservado de la religiosa fallecida en el año 1665. La protección cultural de los restos incorruptos de la histórica abadesa podría ser la primera que se logra en España sobre un cuerpo completo perfectamente conservado.
La protección de las reliquias del cuerpo incorrupto de la Beata Ma Ángela Astorch, cuya figura está en proceso de canonización, se une así a nivel nacional a otras importantes reliquias corpóreas de santos católicos que se encuentran protegidas, como las reliquias de Santa Teresa, en Navarra, las de Santa Eulalia en Cataluña, las de San Vicente en Valencia o las entrañas de San Felipe Neri, también en Navarra. Huermur destaca que en el caso de las reliquias de la Beata Ángela Astorch se trata del cuerpo completo modificado de la fundadora capuchina, cuando en otros casos son reliquias parciales de alguna parte de los cuerpos de los citados santos.
Para la entidad conservacionista, y así se expuso en la solicitud de protección dirigida a la consejería, se debe salvaguardar la integridad y unicidad de la colección, evitando nuevas salidas, donaciones o pérdidas, así como asegurar su conservación y protección.
“Estos históricos y singulares bienes, ahora protegidos por la Ley de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia, son parte de la historia y del patrimonio de Murcia. Protegerlos, custodiarlos y ponerlos en valor es deber de todos”, ha señalado el presidente de Huermur, Sergio Pacheco.
En el mismo sentido se pronuncia la resolución de la consejería de Cultura señalando que “Las vicisitudes de esta fundación desde 1645 corre pareja a los grandes escollos existentes a lo largo de casi tres siglos en el que el establecimiento, reestructuración, desaparición y nuevas instalaciones del convento hasta 1978/1980 en los aledaños del Malecón, conformaron paradójicamente unos sólidos y afamados pilares en los cuales se asentaba la presencia de la Madre Ma Ángela, muerta en olor de santidad (1665). En 1743, tras el normativo reconocimiento del cuerpo por parte del obispo, se puso en marcha todo el proceso para promover su beatificación, beatificación que se verificaría en 1982, bajo el solio pontificio de Juan Pablo II”.
Añade igualmente la consejería sobre el fondo artístico del monasterio, que “A pesar de las dificultades y circunstancias no siempre propicias las Capuchinas, o Monjicas del Malecón como popularmente se las denomina, han sabido mantener un notable patrimonio en fondos de pintura, escultura y artes decorativas; los reputados nombres de artistas murcianos de la segunda mitad del Seiscientos, los Vila, Alonso del Arco, quizá algún obrador o escuela de Gilarte, el desconocido Andrés López o el insólito (en Murcia) Francisco Preciado, constituyen un repertorio donde se inserta la Vida de Cristo en distintos pasajes que formaron parte del retablo desmochado y desaparecido, como tal, convirtiéndose algunas de estas obras en pinturas de caballete, que pueden verse en la capilla actual del Monasterio, El Entierro de Cristo, Los Azotes, La Purísima, San José con el Niño, La Genealogía de la Virgen María, etc. Algunos retratos de Santos, tales como San Pascual Bailón, Santo Toribio Mogrovejo y las referencias extáticas a Sor María Ángela, todos ellos constituyen una valiosísima aportación a la historia del arte y a la historia del convento.”
Por último, Huermur espera que este expediente de protección que ahora se inicia, y cuyo plazo de resolución será de veinte meses desde la inminente publicación en el boletín oficial de esta incoación, llegue a buen puerto y Murcia pueda tener este rico y valioso patrimonio religioso debidamente reconocido y protegido para las generaciones futuras.