El Servicio de Patología Forense de Cádiz encuentra cadáveres en descomposición, infecciones y falta de personal
El Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Cádiz se encuentra en una situación caótica: cadáveres descomponiéndose después 30 meses en una sala de refrigeración a una temperatura -2 grados y que incluso se han visto gusanos que han apareciendo por los cuerpos en estado de putrefacción.
Los gases que emiten los cuerpos hacen que el personal se encuentre incómodo durante el desarrollo de su trabajo, además de la falta de espacio y que únicamente hay tres cámaras de congelación. A todo ello hay que sumar que las vacantes de personal no se cubren.
Por si no fuese poco todo lo que sucede, ahora tampoco se podrán realizar autopsias después de que su único auxiliar sufriera el pasado viernes un síncope que le provocó un desmayo en las propias instalaciones y que le ha hecho tener que coger una baja médica de carácter indefinido. Las dos autopsias previstas para ayer martes fueron suspendidas, para disgusto de jueces y familiares. Pero no se puede hacer una autopsia sin un auxiliar, y lo que enviaron ayer como recambio desde la Delegación Provincial de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía fue una señora de 64 años sin titulación ni experiencia.
El sindicato UGT ha solicitado que se cubra la vacante con personal técnico que tenga formación en anatomía patológica y se evite así que “este tipo de puestos se convierta en un cajón desastre en el que mandan a cualquiera.
Porque la cuestión, aunque es muy seria, ha llegado a dar lugar a situaciones surrealistas, como que incluso haya funcionarios de la Junta de Andalucía que hayan considerado gracioso mandar a un carnicero, sí un carnicero, a cubrir una vacante de auxiliar de autopsias, pensando quizá que da igual cortar un filete de hígado de ternera en una recova que abrir el abdomen a un cadáver para extraer y analizar sus vísceras.
Hay que sumar ahora otro problema, la saturación de la sala de refrigeración de cadáveres. Actualmente, en las instalaciones del Instituto de Medicina Legal, situadas en el tanatorio de Servisa de la capital gaditana, hay 30 cuerpos. Alguno lleva allí dos años y medio. La unidad tiene a día de hoy tres cuerpos en congelación (a -20 grados) y 27 en refrigeración. De estos 30 hay 16 que aún no han sido identificados, en su mayoría inmigrantes ahogados al intentar alcanzar la costa gaditana. Una situación de auténtico escándalo.
