Usuarios y vecinos del cementerio de Tarancón indignados por los constantes robos y vandalismo
La situación en el cementerio municipal de Tarancón, provincia de Cuenca, es realmente preocupante. La falta de seguridad y vigilancia ha permitido que los actos de vandalismo y robos sean constantes, afectando gravemente a los vecinos que dicen estar hartos de ver «como nadie hace nada» para defender el respeto del lugar donde descansan sus seres queridos.
Los testimonios de los afectados son desgarradores, mostrando una mezcla de tristeza, rabia y frustración ante la impotencia de no poder proteger las tumbas y los recuerdos de sus familiares muertos. La ausencia de medidas por parte de las autoridades locales solo agrava el problema, generando un sentimiento de desamparo entre los vecinos.
Para abordar esta situación, sería fundamental que las autoridades municipales considerasen tomar medidas urgentes en defensa de quienes les han elegido para ostentar el cargo del que disfrutan.
La instalación de cámaras de vigilancia en el cementerio, colocadas en puntos estratégicos podrían disuadir a los vándalos y facilitar su identificación en caso de nuevos incidentes.
Mayor presencia de la Policial Local, patrullando de manera regular del área del camposanto, especialmente en horarios nocturnos, podría reducir significativamente los actos vandálicos.
Mejoras la iluminación para dar tranquilidad a los usuarios, que el cementerio esté bien iluminado durante la noche puede servir como una medida preventiva adicional. Fomentar la colaboración entre los vecinos para crear grupos de vigilancia vecinal que puedan alertar sobre actividades sospechosas.
Facilitar a los vecinos el proceso para denunciar actos de vandalismo y llevar un registro detallado de los incidentes para que las autoridades puedan tomar medidas informadas y efectivas.
La implementación de estas medidas podría ayudar a recuperar la tranquilidad y el respeto que un lugar tan significativo como el cementerio merece. Es esencial que los vecinos continúen expresando sus preocupaciones y demandas a las autoridades competentes, buscando así una solución a esta problemática que afecta profundamente a la comunidad.
Un afectado nos dice que resulta “imprescindible que se tomen medidas al respecto”, y apunta que hay que exigir que se respete este lugar sagrado donde todos tenemos difuntos y a donde muchos iremos a parar tarde o temprano. “El día que actuemos nosotros para defender a nuestros difuntos, nos llamarán fascistas, pero ya estamos más ha artos de la pasividad de los políticos y de los hijos de puta de los delincuentes”. Nos dice en un tono de clara indignación.
