Denuncian a ASVFuneser de arrojar residuos derivados de la limpieza y evacuación de sepulturas al vertedero
ASVFuneser, la empresa concesionaria encargada de la gestión de los cementerios de Almería, está nuevamente en el centro de la controversia debido a presuntas irregularidades en sus operaciones. Este nuevo incidente se suma a una serie de denuncias previas que ya han resultado en sanciones de más de 40.000 euros por parte del Ayuntamiento de Almería debido al uso indebido de las instalaciones.
Las denuncias anteriores fueron presentadas por el sindicato CSIF y los socialistas en el ayuntamiento almeriense y que se encuentran actualmente en proceso judicial.
El nuevo problema señalado por CSIF, a través de un escrito extenso presentado en el Registro Municipal, revela que ASVFuneser podría estar gestionando de manera incorrecta los residuos derivados de la limpieza y evacuación de sepulturas. Según el documento, los «residuos procedentes de la evacuación y limpieza de las sepulturas» que incluyen «ropas, objetos y restos de ataúdes» están siendo arrojados al vertedero municipal general.
Estos desechos se mezclan con otros restos como escombros de obras, lápidas y restos de jardinería en la zona posterior del Cementerio de San José y Santa Adela, desde donde son retirados periódicamente para su eliminación.
Esta práctica, de confirmarse, iría en contra de las prescripciones técnicas y administrativas que regulan la concesión del servicio. Las normativas establecen que «los ataúdes y cuantos objetos, que no sean restos humanos, procedentes de las exhumaciones» deben ser destruidos «mediante incineración en un horno destinado a tal efecto», un procedimiento que no se estaría siguiendo según las acusaciones presentadas.
Estas denuncias resaltan la necesidad de una investigación exhaustiva para asegurar que las operaciones de ASVFuneser cumplan con las normativas establecidas y se garantice una gestión adecuada y respetuosa de los residuos generados en los cementerios.
El Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria establece que los cementerios deben contar con un horno destinado a la destrucción de ropas y objetos, exceptuando restos humanos, provenientes de la evacuación y limpieza de las sepulturas. Sin embargo, dicha instalación «no existe» en estas dependencias.
