En Argusino se construyó hace 57 años el embalse de Almendra, ahora cuenta con un columbarios en sus orillas
El pueblo de Argusino, en la provincia de Zamora, es un conmovedor ejemplo de memoria colectiva. Este pequeño pueblo zamorano desapareció hace más de medio siglo bajo las aguas del embalse de Almendra, el mayor de Castilla y León. La construcción de este embalse, que inundó el pueblo en 1967, obligó a sus habitantes a dispersarse por otras localidades de la comarca de Sayago y más allá, a diferentes regiones de España e incluso al extranjero.
A pesar de la pérdida física del pueblo, los antiguos residentes y sus descendientes han mantenido vivo el recuerdo de Argusino a lo largo de los años. Una prueba tangible de este esfuerzo es la reciente inauguración de un columbario a orillas del embalse, cerca del antiguo casco urbano del pueblo.
Este columbario, que cuenta con 35 espacios para depositar las urnas con cenizas de un difunto, se ha convertido en un lugar de descanso para los descendientes de los antiguos habitantes, permitiendo que las cenizas de los primeros seis oriundos del pueblo regresen simbólicamente a su tierra.
La inauguración del columbario se realizó con una emotiva ceremonia religiosa, reafirmando los lazos que unen a las generaciones actuales con su pasado. Además, el columbario incluye una fotografía grabada en granito que muestra una vista panorámica de Argusino antes de ser sumergido, simbolizando la lucha por preservar la memoria y la identidad de una comunidad que fue desplazada.
Este esfuerzo es también un acto de reivindicación, una manera de honrar y conservar un legado que, aunque invisible bajo las aguas, sigue siendo parte vital de la historia y la identidad de los descendientes de Argusino. La asociación ‘Argusino Vive’, que ha liderado estos esfuerzos, destaca que «Argusino vive de vuelta a sus raíces», subrayando que, aunque el pueblo ya no exista físicamente, su espíritu perdura en la memoria y el corazón de aquellos que lo recuerdan.