Posible suicidio del trabajador que denunció el cambio de ataúdes en la funeraria El Salvador de Valladolid
Encuentran muerto el extrabajador de 73 años que denunció la estafa del caso conocido como la «Operación Ignis», relacionado con la presunta estafa del Grupo Funerario El Salvador de Valladolid. Este caso, que afecta a más de 6.000 personas, debido a la magnitud del fraude por el cambiando féretros de alta gama por otros mucho más baratos en el momento de su cremación.
Su muerte, que según las primeras hipótesis podría tratarse de un suicidio, se produce en un momento crucial, cuando el juicio contra los 24 acusados estaba próximo a llevarse a cabo, lo que aumenta las especulaciones sobre las posibles presiones o angustias que pudo haber enfrentado.
El hecho de que la instrucción de este caso haya tomado tantos años y que haya sido tan complicada debido a la falta de conocimiento de los afectados y la dificultad para reunir pruebas, como las facturas de las incineraciones, subraya la complejidad de lograr justicia en situaciones de estafa a gran escala.
La petición de penas que ascienden a un total de 206 años de cárcel para los acusados, incluyendo a la viuda del fundador de la funeraria y sus tres hijos, muestra la seriedad con la que las autoridades están tratando este caso. Este hecho también refleja la gravedad del impacto que esta presunta estafa ha tenido sobre tantas familias a lo largo de dos décadas.
El Grupo El Salvador, con sede en Valladolid pero que prestaba servicio en toda la Comunidad y también fuera de ella, habría empezado a reutilizar ataúdes de cremaciones antes de 1995 y en total se ha podido documentar la sustracción de 5.997 féretros para reutilizarlos con otros fallecidos, lo que supone el 73,08% de todas las incineraciones.
Un último informe policial establece que el caso de la estafa de los ataúdes superó los cuatro millones de euros si bien la cifra total, aunque sin documentación, aseguran que superaría ampliamente los seis millones.