Tras la tragedia de la DANA, Paiporta y otros municipios afectados reabren cementerios para despedir a las víctimas
Nueve días después de la devastadora DANA que azotó la provincia de Valencia, Paiporta, uno de los municipios más golpeados por la tragedia, ha comenzado a retomar los entierros en sus cementerios. Este jueves, con una mezcla de solemnidad y alivio, el cementerio municipal acogió su primer sepelio desde la catástrofe, despidiendo a una persona cuya muerte no estuvo relacionada con la tormenta.
En Paiporta, los efectos de la DANA han sido devastadores, con 70 de las 211 víctimas en la provincia registradas en esta localidad. Las autoridades locales, entre ellas el primer teniente de alcalde, Vicent Císcar, han trabajado sin descanso para que, dentro de las complejas circunstancias, el pueblo pueda despedir a sus seres queridos de una manera digna y cercana.
Este viernes se espera otro paso importante en la reanudación de estos servicios: dos víctimas de la tormenta serán homenajeadas en el cementerio a través de la colocación de sus cenizas, ya que ambas fueron incineradas.
Afortunadamente, Paiporta cuenta con dos cementerios, lo que ha permitido reanudar los entierros en el recinto menos afectado, situado en las afueras del casco urbano y a salvo del alcance de las aguas. El otro cementerio, aunque también afectado, ha recuperado parte de su operatividad y ahora está listo para recibir a los fallecidos en condiciones «aceptables» y con un nivel de normalidad que brinda un respiro a las familias. No obstante, las necesidades son muchas, y Císcar ha señalado que la construcción de nuevos nichos es urgente para atender la gran demanda.
En el resto de los municipios afectados, la situación sigue siendo complicada. Algunos cementerios, como los de Torrent y Chiva, han vuelto a funcionar, aunque con limitaciones. En Aldaia, donde la tormenta dejó seis víctimas mortales, las familias han comenzado a enterrar a sus seres queridos; el martes se despidió a dos hermanos que fallecieron durante la riada.
No obstante, otros cementerios siguen sin poder usarse debido a los daños. En Catarroja, Salvador Pons, encargado del cementerio, ha expresado su esperanza de restablecer el lugar cuanto antes para que las víctimas puedan ser enterradas en su propio pueblo y no en otros municipios. Massanassa también enfrenta un gran desafío, con el cementerio lleno de barro y con daños estructurales.
Ante este escenario, los municipios están coordinando sus esfuerzos junto a la Diputación de Valencia para habilitar un protocolo de traslado que permita a las familias realizar los entierros en localidades vecinas si fuera necesario.
Con la reactivación de los cementerios, se busca no solo aliviar la saturación de las morgues, sino ofrecer a las familias la posibilidad de despedirse de sus seres queridos en su propia tierra, brindándoles una despedida que les ayude a encontrar algo de paz.