Mitos y Leyendas de Cementerios: Hoy El Fantasma del Morrot
El Fantasma del Morrot: Una Leyenda de Montjuïc
¿Qué secretos sombríos guarda la montaña de Montjuïc?
A simple vista, Montjuïc es un lugar de historias y monumentos, pero bajo la superficie, se tejen relatos más oscuros y misteriosos. Entre ellos, el que acecha más allá del tiempo: el fantasma del Morrot, vinculado al trágico destino de Dalmau de Queral i Codina, conde de Santa Coloma y virrey de Cataluña durante la Revuelta de los Segadores en 1640.
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La Revuelta y el Linchamiento
En plena agitación política y social, el conde, símbolo de opresión y corrupción, fue atrapado por una turba enfurecida que descargó su ira sobre él. Intentó huir a través de los caminos que bordeaban Montjuïc, pero sus perseguidores le alcanzaron cerca del Morrot, una zona abrupta al pie de la montaña. Allí fue brutalmente linchado, un acto de furia colectiva que marcó el lugar con una energía sombría.
La Maldición del Conde
Según la leyenda, los pecados del virrey en vida no le permitieron encontrar descanso tras su muerte. La montaña de Montjuïc, cargada ya de simbolismo fúnebre por el cementerio y sus antiguas raíces como lugar de entierro judío, se convirtió en su prisión espectral. Las noches de luna llena, especialmente si el viento silba entre las piedras, se dice que el espíritu de Dalmau vaga por el Morrot, arrastrando las cadenas invisibles de su culpa.
Encuentros con el Más Allá
El fantasma se manifiesta de forma sutil: pasos que resuenan en senderos vacíos, una niebla que parece tomar forma humana, o un frío que cala hasta los huesos sin previo aviso. Algunos aseguran haber oído su voz lastimera, un murmullo que parece suplicar perdón o advertir a los vivos de sus errores. Otros cuentan haber visto su figura, envuelta en sombras, con una mirada vacía que hiela la sangre.
Resolviendo el Enigma
¿Pero por qué sigue vagando el conde? Los antiguos decían que sólo hallará paz si alguien perdona sus actos o redime su memoria con una acción noble. Sin embargo, el imaginario popular prefiere mantener vivo el miedo y el misterio, dejando que el espíritu permanezca como un recordatorio de la tiranía y las consecuencias del abuso de poder.
Hoy, Montjuïc es un lugar vibrante y lleno de vida, pero su pasado sombrío sigue latiendo en las historias que se susurran entre los habitantes locales. Si alguna vez visitas la montaña en una noche de luna llena, mira al Morrot y pregúntate: ¿estás preparado para cruzarte con el fantasma del conde?