ASV impulsa la esperanza en Uganda con atención médica para 200 embarazadas
En Ikoba, una pequeña región de Uganda, la maternidad solía ser una batalla llena de incertidumbre y riesgos. Cada embarazo podía convertirse en un desafío mortal, en una zona donde, según Unicef, la mortalidad materna es una de las más altas del mundo. Sin embargo, algo está cambiando. Desde hace seis meses, las vidas de 200 mujeres embarazadas han tomado un nuevo rumbo gracias al proyecto “Ampadrina una mamá”, impulsado por la ONG alicantina Rafiki África en colaboración con Grupo ASV.
Esta iniciativa ha traído consigo un soplo de esperanza al centro médico que Rafiki África mantiene en Ikoba. Allí, no solo se ha brindado atención prenatal a estas mujeres, sino que también se han atendido cientos de consultas posparto. Las cifras son elocuentes: gracias al seguimiento médico, se han detectado y tratado casos graves como 65 de malaria, 40 de sífilis, 32 infecciones urinarias y otras enfermedades que, de no haber sido atendidas, habrían puesto en peligro la vida de las madres y sus hijos.
Sin embargo, no todo ha sido fácil. Entre las complicaciones, la sífilis se ha convertido en uno de los retos más grandes. “Esta enfermedad es responsable de muchas complicaciones y, peor aún, se transmite de forma congénita a los recién nacidos”, explica Juan José Amirola Campa, presidente de Rafiki África. Para combatir este problema, el proyecto financió el viaje de dos doctoras alicantinas, quienes llevaron a cabo una intensa campaña de detección y tratamiento, no solo para las mujeres embarazadas, sino también para sus parejas e hijos.
Además de la atención médica, se han implementado programas educativos sobre higiene y cuidado durante el embarazo. Pero la labor no termina aquí. Entre los próximos objetivos está la organización de cursos de formación sanitaria y una campaña específica para erradicar la sífilis, marcando un antes y un después en la calidad de vida de esta comunidad.
“En Grupo ASV creemos firmemente en este proyecto que salva vidas y mejora el acceso a la salud materno-infantil en una región tan vulnerable. Incluso hemos enviado una ambulancia para facilitar los desplazamientos, evitando que las mujeres den a luz en condiciones inseguras”, señala Sonia Carricondo, responsable de Comunicación y ESG de Grupo ASV.
El impacto de “Ampadrina una mamá” es palpable, pero su misión apenas comienza. La combinación de atención médica, prevención y educación está transformando una región que necesitaba urgentemente ayuda. Más allá de las cifras, lo que realmente cuenta son las historias de esperanza y vida que ahora se escriben en Ikoba.